DE I ESP

LA SALUD EN PRIMAVERA

Está muy próximo el cambio de estación y ya estamos casi en PRIMAVERA.

 

Los días comienzan a ser más largos, tenemos más horas de luz, aumenta la temperatura y la vegetación vuelve a florecer. Estos cambios, en la naturaleza son claramente perceptibles tanto en los vegetales como en los animales, pero también en nosotros los seres humanos. A primera vista pueden pasar inadvertidos pero igualmente en nosotros se producen cambios que tienen un efecto directo en nuestra salud y en el estado de ánimo.


 

Al aumentar las horas de luz, se produce una movilización de hormonas como la serotonina, aumento de niveles de vitamina D y de testoesterona entre otras. Investigadores de la Universidad de Cambridge demostraron recientemente que la expresión de nuestros genes difiere a lo largo del año, siendo la expresión de algunos más activa en invierno y la de otros en verano. En los mismos estudios concluyen que la estacionalidad afecta a las células del sistema inmunitario y a la composición de la sangre y del tejido adiposo.

 

A cada uno nos afecta de forma diferente ya que hay un mayor impacto a causa de las posibles alergias y puede haber alteraciones en el estado de ánimo o problemas gastro-intestinales que presentan más incidencia en estos meses.

 

Nuestro metabolismo está en cierta hiperactividad y tendríamos después del invierno una llamada “euforia primaveral”. Pero más del 50% de la población tiene dificultades para adaptarse y sufren la llamada “astenia primaveral”. Síntomas como cansancio, somnolencia  diurna, fatiga, irritabilidad, pérdida del apetito o del cabello pueden darse durante ésta fase de adaptación. La Tensión Arterial tiende con el calor a bajar y puede contribuir a que nos encontremos más cansados. De todas formas, no hay que preocuparse pues suele durar un período de unas 2 semanas y no requiere tratamiento médico alguno y podemos prevenir su aparición.

 

Para prevenirla es aconsejable la realización de ejercicio físico sobre todo por las mañanas, realizar estiramientos o un paseo al aire libre fresco y con sol, es algo que agradece nuestro cuerpo y nuestra psiquis. Dormir bien, es un factor esencial para la liberación de Melatonina. Comer de forma saludable, sobre todo en primavera aumentando el consumo de hojas verdes tiernas como las espinacas, la rúcula, las hojas de remolacha… y frutas de temporada y disminuyendo las proteínas de origen animal y los azúcares.

 

Son aconsejables en los períodos de primavera y otoño la realización de ayunos de 1 día en la semana con consumo de caldos, sopas y cremas vegetales. Otra costumbre saludable en esta época es tomar en ayunas agua tibia con limón o jengibre o con un poco de vinagre de manzana y el consumo de fermentados.

 

Para la prevención de las alergias propias de la estación como conjuntivitis, rinitis, sinusitis ó asma pueden recurrirse a tratamientos médicos si son necesarios pero podemos añadirles preventivamente costumbres como airear la casa por la noche ya que la mayor concentración de polen tienen lugar entre las 5 y las 10 de la mañana y de 7 a 10 de la noche. Utilizar filtros de polen en la aireación de los automóviles y de las casas y también bajar las ventanillas en los desplazamientos.

 

La piel después del invierno está más seca y al exponernos las primeras veces al sol puede producirnos irritaciones, erupciones y más sequedad por lo que es importante mantener una buena hidratación de la piel y usar protección solar si la exposición va a ser prolongada. La utilización de tejidos naturales como el algodón, usar cosméticos hipoalergénicos y una dieta antioxidante es aconsejable.

 

Los cambios de temperatura también favorecen la aparición de resfriados, motivo por el cual tenemos que mantener un buen sistema inmunitario también en esta estación por lo que debemos mejorar el sueño, realizar ejercicio, disminuir el stress y exponernos al sol ya que favorecerá la síntesis de vitamina D. La dieta debe ser rica en vitamina C y en Zinc (lo encontramos en mariscos, nueces, almendras y alimentos como la avena…)

 

Por último, recordar que en esta estación pueden aumentar las infecciones gastrointestinales y la aparición de diarreas. Al subir la temperatura y la humedad se favorece la proliferación de bacterias y hongos en alimentos mal conservados. Mantén una alimentación sana.

 

Desde aquí TE DESEAMOS UNA FELIZ Y SALUDABLE PRIMAVERA¡

 

Dra. Rosario del Castillo Gámez

 

Licenciada en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de Cádiz.
Especialista en Nefrología. Master Universitario en Medicina Biológica de la Universidad de Sevilla.